JUDEE SILL

La reedición de sus dos únicos discos, “Judee Sill”(1971) y “Heart Food”(1972), mas el que podría haber llegado a ser un tercero “Dreams come true”(1974), ponen de manifiesto lo que ya estaba claro, el talento de Judee Sill, muy por encima de la media, quedo injustamente eclipsado por otras figuras de la época como Joni Mitchell, Laura Nyro o Linda Ronstadt. Injusticia que el sello Water se encarga de paliar en parte, con estas reediciones del año 2005, cargadas de bonus tracks y con excelente presentación. Originalmente grabados para Asylum, cuyo propietario, un joven David Geffen quedo prendado de su estilo al verla tocar en los bulevares de Los Angeles, estas canciones (country-barroco-culto lo llamaba ella), brillan con luz propia después de 35 años.

Integrada dentro de lo que se ha dado en llamar sonido “Laurel Canyon”, la calida y cristalina voz de Sill, no llego a encontrar su hueco entre el publico y la industra de la época.

El paso del tiempo ha magnificado su figura tormentosa con cierta rumorologia acerca de su vida. Son hechos probados que era adicta a la heroína, y que gastaba diariamente una cantidad de dinero considerable para consumir. Marcada por la muerte de su padre y de su hermano, no llego a perdonar a su madre que volviera a rehacer su vida casandose. Judee que adoraba a Pitágoras, Bach y Ray Charles, comenzó entonces su conducta “destroyer”.

Son hechos no probados, aunque magnifican la leyenda “outsider”, que atraco una gasolinera con 15 años, y que o bien se prostituía o bien pasaba droga en la frontera con Mexico, para pagarse su potente adicción (gastaba hasta 150 dólares diarios en heroína).

Judee Sill murio con 35 años. Como decia una de sus canciones “There´s a rugged road”, hay un camino escabroso.

Recientemente se ha publicado “Abracadabra: The Asylum Years”, doble-cd editado por WEA Internacional.